¿Quién no tiene un día malo, verdad? O dos. O unas semanas desastrosas… Para eso, entre otras cosas, están las vacaciones. Para descansar y llenarse de momentos de ocio junto a la familia. Para conectar plenamente con la vida. Para viajar y cargar las pilas. Pero también para reflexionar y aprender de cara a la vuelta. Y quizá, una de las mayores reflexiones que podemos hacer es preguntarnos cómo encajar un día malo. O dos. O unas semanas desastrosas.
Queremos contaros una pequeña pero extraordinaria historia que se está escribiendo de la mano de, para nosotros, uno de los héroes de nuestra época. Señoras y señores, les presentamos a Manuel Gambín. Un ejemplo de esfuerzo, disciplina y, sobre todo, de inteligencia.
Manuel es un chaval aparentemente normal, que no deja de sorprendernos cada semana. Manuel nació con una parálisis cerebral infantil (PCI) que, para entendernos, es una malformación del sistema nervioso que impide que sus músculos y su sistema motor se hayan desarrollado de forma correcta. Su condición física le impide caminar o desenvolverse de forma autónoma, pero también sufre una espasticidad que genera un acortamiento muscular continuo. Cuando Manuel fue creciendo, también fue operado para instalarle en su abdomen una bomba de Baclofeno que le suministra una medicación que ayuda a relajar su musculatura, puesto que su tendencia natural es contraerse.
Empezó a visitarnos en la clínica allá por el año 2006, después de esa operación. Cuando esa medicación actúa, nuestra función es ayudarle a trabajar para mantener ese estado de alargamiento de músculos a través de ejercicios con bitutores, estiramientos, ejercícios respiratorios, de columna y postural, para que Manuel desarrolle el mejor estilo de vida posible. No queremos entrar en detalles, pero podéis haceros una idea del esfuerzo y dependencia que supone llevar una vida sin control completo en los músculos, pulmones, esfínteres, etc.
¿Qué tenemos que agradecer a Manuel? Sabréis que tenemos el privilegio de tratar a algunos pacientes deportistas de élite. Gente que dedica su vida a intentar conseguir el máximo rendimiento físico para aplicarlo en competiciones, y que esto requiere una autoexigencia extraordinaria. Personas de las que especialmente aprendemos en cada sesión, y que nos hacen mejores (Sebas Sanchez, Alejandro Moreno, Yolanda Valiente, Pedro Moreno…) Pero lo que nos enseña Manuel cada semana está a otro nivel. Todo lo que le ha quitado la vida, físicamente hablando, Manuel lo ha ganado en inteligencia. Una ingeligencia para gestionar su estado de ánimo y aplicar generosidad y alegría en todo y a todos los que le rodean. Ya ha sucedido con anterioridad. Algunos genios nacen con alguna deficiencia física que es compensada con creces por otras habilidades.
Manuel es una persona muy importante y especial para nosotros. Se caracteriza sobre todo por su gran buen humor. Siempre viene con una sonrisa y todo lo afronta de forma positiva. Él es consciente de todas las limitaciones que tiene, pero a la vez eso le empuja a exprimir y potenciar al máximo otros sentidos. De momento, por su corta edad, podemos destacar que es una persona muy curiosa y observadora. Pero su hobby principal y sus estudios van encaminados hacia la informática y el mundo de la tecnología. Dice que le gustaría ser programador de páginas webs entre otras cosas. Pero a medida que vaya descubriendo campos dentro de esta disciplina, seguro que nos sorprenderá.
Le preguntábamos, de cara a la publicación este artículo de reconocimiento, que nos contara qué es lo que le da fuerzas para ser tan disciplinado y esforzarse tanto en cada rehabilitación, y sobre todo, que donde encuentra toda esa energía para sonreírle a la vida con tantas ganas y tomarse las cosas de forma tan positiva. Manuel nos decía que tiene grabado en su mente el momento en el que un médico (ignorante a nuestro juicio) le dijo que para qué quería hacer rehabilitación si no iba a servirle de nada y que nunca iba a caminar. Y que le encantaría ir a buscar a ese médico dentro de unos años, a pié, y decirle: “para venir a verte y callarte con mi ejemplo”. Manuel es muy joven todavía, pero apunta maneras. Y de qué forma! También nos contaba que le encanta el Langui. Un tipo que ha luchado y ha conseguido abrirse un camino allá donde él ha querido. Y que es otro ejemplo de que cuando quieres algo, solo hay que ponerse manos a la obra. Sea cual sea tu limitación. Porque las verdaderas limitaciones las tenemos en la mente.
Como decíamos, Manuel es muy joven todavía, pero ya se le ve venir. Solo falta que descubra su pasión para convertirse en uno de los grandes. De momento, nosotros seguiremos aprendiendo de él y su filosofía. También esperamos que os ayude a vosotros a ver las cosas de forma más positiva, y que consigáis darle la vuelta a ese día malo. O dos. O esas semanas aparentemente desastrosas.
“El éxito no está en ser mejor que los demás. El éxito es ser cada día mejor que uno mismo.”
Tenemos la suerte de poder aprender cosas nuevas cada día. Aprendizajes que llegan a través de experiencias y nuevos retos que nos traéis los montañeros, corredores, ciclistas, futbolistas… También amas de casa, oficinistas, personas poco activas… Cada disciplina o modo de vida acarrea patologías o lesiones específicas, y eso nos obliga a estar al día para aplicar las técnicas más adecuadas. Pero hoy queremos hacer una mención especial a otro colectivo que nos enseña mucho más de lo que pensamos: A todos nuestros pacientes y amigos de la tercera edad, y muy especialmente a nuestra querida Rosita; Un ejemplo de templanza, respeto y sabiduría.
Rosita, guapa: Ya han pasado quince años desde nuestro comienzo y tú siempre nos has acompañado. Ahora, con tus 94 años, sigues siendo un ejemplo de superación. Gracias a ti hemos aprendido que la vitalidad, con los años, se puede convertir en serenidad. Que los avatares de la vida nos fortalecen como personas, y que aunque cambiemos el enfoque de la vida, la esencia de cada persona no cambia nunca. Gracias por tu confianza, por tu cariño y por contagiarnos tus ganas y tu alegría de vivir.
Sabemos que una buena alimentación aporta a nuestro cuerpo un gran valor energético. También sabemos que es bueno hacer algo de deporte para tonificarnos. Que, para ser un poco más felices, deberíamos leer más y ver menos la tele. Que tenemos que intentar ser buena gente y cuidar de los nuestros… Pero si hay algo más importante que hacer en la vida, que lo hay, es respirar bien.
Principalmente el stress, inevitable en estos tiempos, va ejerciendo una serie de cambios en nuestros hábitos que terminan acortando nuestra respiración. Y es que nuestra respuesta física a la preocupación mental nos pone alerta, y nos prepara para salir corriendo. Literalmente.
Nosotros no somos psicólogos ni antropólogos, pero creemos en una teoría que defiende que internamente, en nuestro cerebro reptiliano, ante casi cualquier tipo de alerta nos creemos algo parecido a que nos persigue un dinosaurio, o que nuestra casa está en llamas. Y es que el área de nuestro cerebro que guarda los parámetros de activación de estas alertas viene desde el inicio de nuestra historia, y va grabado en nuestro ADN. El caso es que, ante situaciones que realmente nos preocupan, se inicia un aumento en la velocidad de nuestra respiración. Incluso el ritmo del corazón se contagia en esta cadena y comienza a acelerar nuestro pulso …nuestros músculos necesitarán más oxígeno y nutrientes para la inminente carrera por nuestra supervivencia. Pero como realmente no salimos corriendo, los pulmones empiezan a acortar el proceso respiratorio puesto que no se está ejercitando el sistema locomotor, y no hay una necesidad real de oxígeno.
Si tienes un trabajo de responsabilidad, o pasas por una época complicada, y esto te pasa un día, y otro día, y otro más…y así unas semanas… no te has dado ni cuenta pero has modificado tu patrón de conducta respiratoria. Has acostumbrado a tu cuerpo a respirar mal. Y si te encantas, pasan meses o años, y te vas haciendo mayor, y la tontería acaba en enfermedad. El oxígeno es una especie de combustible que genera en cada célula de nuestro organismo la chispa que da la vida. Y si no administramos este combustible de forma óptima, nuestros sistemas locomotor y nervioso, y en consecuencia todos los órganos de nuestro cuerpo, dejarán de funcionar correctamente. Por si ayuda a entenderse un poco, y aunque la tecnología del cuerpo humano es incomparable, es como si quisieras circular con tu coche por el centro del pueblo en cuarta marcha todo el tiempo.
La gran mayoría de personas no le prestan la atención necesaria a su respiración. En general, no somos conscientes de la importancia que tiene. Además, tenemos la mala costumbre de no practicar de forma regular algún tipo de deporte que exija el funcionamiento a pleno rendimiento de nuestros pulmones. Pero, mejor que centrarnos en los aspectos negativos, veamos algunos de los grandes beneficios que se consiguen a corto/medio plazo entrenando una buena respiración. La respiración es la principal clave para vivir más, y de una forma inteligente y exitosa.
BENEFICIOS DE UNA BUENA RESPIRACIÓN
-Relajación integral: Al respirar de manera abdominal o completa se estimula el sistema nervioso parasimpático, y esto produce una distensión de los músculos y aminora el ritmo cardiaco.
-Aumento de la capacidad respiratoria: Si entrenamos con frecuencia una respiración correcta, los pulmones y el tórax se van haciendo más elásticos y receptivos a la entrada de aire.
-Un mejor funcionamiento cerebral: Los tejidos y conductos nerviosos se oxigenan de un modo más profundo, por lo que la actividad cerebral se equilibra y aumenta su rendimiento.
-Control del sobrepeso: Los ejercicios respiratorios pueden ser un excelente aliado a la hora de iniciar un plan de adelgazamiento. El control de la respiración calma la ansiedad y, por lo tanto, la necesidad de comer.
-Reducción de inflamación abdominal: El estómago es una zona donde suelen acumularse tensiones debido al estrés o los nervios. Esto provoca una inflamación que se puede resolver con una buena respiración.
-Eliminación de toxinas: La respiración profunda estimula el intestino y los riñones, con lo que se favorece su funcionamiento y mejora la eliminación de toxinas.
-Alivia el trabajo del corazón: Al respirar en profundidad, nuestro riego sanguíneo lleva una mayor cantidad de oxígeno por el cuerpo. De este modo los tejidos orgánicos pueden oxigenarse sin que el corazón haga un trabajo extra.
-Efectos antiage: Una buena oxigenación de los tejidos beneficia también nuestra piel, que a través de una buena respiración puede desintoxicarse y relajarse.
-Estimulación del funcionamiento gastrointestinal: Al respirar bien, los movimientos correctos del diafragma masajean los órganos de la sección abdominal; estómago, hígado, intestino y páncreas. Esto, sumado a una mejor oxigenación de los mismos, favorece su estado y facilita en gran medida su función.
-Mejora del rendimiento intelectual: Como consecuencia de una mejor oxigenación del cerebro y la reducción de tensiones, se aumenta la capacidad de concentración y resolución de razonamientos y creatividad.
-Reducción de las consecuencias del estrés y de la ansiedad: Los efectos relajantes a nivel nervioso influyen directamente en la relajación de los impulsos cerebrales de alerta y defensa.
Recordemos que todos nuestros órganos necesitan de un constante fluir de oxígeno, que viene a través del sistema circulatorio, por lo que antes de continuar y mostrarte un plan de entrenamiento básico para recuperar un buen hábito respiratorio, echemos un vistazo a unas ilustraciones explicativas básicas para entender bien el proceso y ser conscientes a la hora de ejercitarlo. De este modo, estaremos reprogramando mucho mejor nuestro cerebro para que respire bien. Y con la práctica, este proceso se automatizará y terminaremos haciéndolo de forma casi inconsciente.
Estas ilustraciones te sonarán de EGB, pero aquí no vamos a estudiar cada órgano o componente del sistema respiratorio con detalle. Lo importante es que seamos conscientes de qué pasa con el aire que respiramos. Tampoco habrá examen final, pero te aseguramos que haciendo bien los ejercicios se nota, y de forma sobresaliente.
Aquí vemos una ampliación de los alvéolos. Es el lugar donde se produce el proceso de intercambio de gases. La sangre pasa por ellos a través de los capilares (azul y rojo) y descarga el CO2, intercambiándolo por oxígeno (O2).
Viendo estas ilustraciones debemos entender que si en cada respiración fuéramos capaces de utilizar de una forma adecuada nuestra capacidad pulmonar, estaríamos aportando a nuestro sistema circulatorio una mayor cantidad de oxígeno. Si respiramos con dificultad o no lo hacemos completamente bien el oxígeno será menor, y nuestros órganos no serán “regados” con la cantidad necesaria de oxígeno para un rendimiento óptimo. Claro está que nuestro cuerpo es maravilloso, y que es capaz de adaptarse para seguir funcionando. Pero además de no funcionar correctamente a la corta, a la larga nuestros órganos se resentirán.
¿Eres capaz de visualizar el viaje que hace el aire por nuestro cuerpo antes de ser expulsado? ¿Eres consciente de la importancia del proceso? Si todavía no, te recomendamos que vuelvas al inicio de este artículo. Es muy importante. Si ya eres consciente, es hora de empezar un entrenamiento básico. Debemos intentar visualizar en todo momento los pasos anteriores, para que el ejercicio funcione mejor; inspiración, recorrido del aire hasta nuestros pulmones, intercambio de gases, oxigenación de la sangre y espiración. Puede parecer complicado al principio, pero solo el hecho de intentarlo va a favorecer el proceso de aprendizaje.
APRENDIENDO A RESPIRAR
Al inspirar, el diafragma (situado en la parte inferior de nuestro sistema respiratorio) debe relajarse y desplazarse hacia abajo para permitir la expansión de los pulmones. El tórax, por el mismo motivo, debe ampliarse. Y las clavículas deben subir ligeramente hacia el cuello. Cada uno de estos movimientos permite que la capacidad de nuestros pulmones sea la máxima posible. Al espirar, el proceso debe ejercitarse al contrario.
Existen muchos tipos de ejercicios para entrenar la respiración; bien sea abdominal, torácica, clavicular o completa (que es hacia donde vamos). Pero para abrir boca, aunque la respiración debe iniciarse por la nariz, te proponemos unos sencillos ejercicios para entrenar con facilidad.
Contacto con la respiración abdominal: Túmbate en la cama o un lugar cómodo. Coloca tu mano derecha sobre tu abdomen e intenta inflar la barriga mediante la inspiración (nariz). Procura hacerlo lentamente, y cuenta mentalmente el tiempo que tardas en llenar tus pulmones. Una vez llenos, cuenta mentalmente unos 3 segundos y, mediante la espiración (boca), desinfla tu abdomen lentamente procurando tardar la misma cantidad de segundos que tardaste en inflarlo. El movimiento de tu mano derecha (arriba/abajo) te ayudará a ser consciente del movimiento de tu abdomen (y por consiguiente de tu diafragma). Hazlo dos o tres veces, hasta que te familiarices con el movimiento.
Contacto con la respiración torácica: Olvidándote por unos momentos de la respiración abdominal, sitúa tu mano izquierda sobre el pecho, y mientras inspiras comprueba que la zona pulmonar se ensancha y sale hacia fuera, y que mientras espiras vuelve a su posición original. Hazlo también un par de veces o tres. Deberías tardar los mismos segundos en llenar tus pulmones que con la respiración anterior. No olvides retener el aire unos tres o cuatro segundos antes de expulsarlo.
Contacto con la respiración clavicular: Realiza la toma de contacto anterior sin utilizar tus manos como guía. Observa como al inspirar, esa zona de las clavículas se sube un poco hacia el cuello, y al espirar se baja.
Una vez que te hayas familiarizado con cada tipo de respiración por separado (que solo proponemos hacerlo las primeras veces para tomar consciencia del proceso), intenta realizar en un ciclo completo de inspiración (abdominal-torácica-clavicular) y espiración (clavicular-torácica-abdominal).
Es decir, y resumiendo, coloca tu mano derecha sobre el abdomen y tu mano izquierda sobre el pecho. Por la nariz, inspira llenando tu abdomen (sintiendo como sube tu mano derecha), seguidamente y sin dejar de inspirar hincha tu pecho lentamente (sintiendo como sube tu mano izquierda), y concluye con un esfuerzo final para completar con la respiración clavicular. Retén el aire durante tres o cuatro segundos e invierte los pasos vaciando tus pulmones en el mismo tiempo que tardaste en llenarlos; primero clavicular, luego torácica y por último abdominal.
Realiza este ejercicio de respiración completa cada día, siete ciclos antes de levantarte de la cama y siete ciclos al acostarte, lo más lento y profundo que te sea posible sin sensación de ahogo. No fuerces los tiempos si no puedes. Y extiéndelos si te sientes capaz. Recuerda situar tu mano derecha en el abdomen y tu mano izquierda sobre el pecho para guiarte y ser consciente de los movimientos. Hazlo con calma. No te llevará más de diez minutos al día. Visualiza el recorrido del aire.
¿Qué va a pasar? Primero, estaremos oxigenando nuestro organismo correctamente y dotando a los pulmones de elasticidad y capacidad de expansión. Y en un periodo corto de tiempo, habremos reprogramado nuestra conducta respiratoria para que de forma inconsciente nuestra respiración se vaya adecuando y surja de forma casi automática durante todo el día. En una semana, más o menos, debes controlar perfectamente tu respiración completa. Es muy posible que ni haga falta que coloques tus manos como guía, pero es importante que sigas visualizando el recorrido del aire a través de tus pulmones, y la carga de oxígeno en tu cuerpo.
Nota: Al empezar con estos ejercicios puede que sientas una especie de pequeño mareo. Tranquil@, solo es una sobredosis de vida.
Teníamos muchas ganas de que llegara este momento. Y con pasión, esfuerzo y disciplina… llegó.
Hace algún tiempo acudí como oyente a una conferencia de la Dra. Teresa Bas, prestigiosa cirujana reconocida a nivel mundial. Y además, después tuve la grandísima suerte de poder charlar con ella unos minutos. Recuerdo como si fuera ayer cuando envió a personal de la sala a buscar al chico ese que le había hecho aquella pregunta tan desconcertante. jeje
A partir de ahí ha ido surgiendo un buen feeling profesional, y sobre todo mi reconocimiento y admiración hacia su trabajo. También he contado con su apoyo y asesoramiento a través de distintos envíos que me ha ido haciendo sobre estudios de la columna vertebral y otros materiales de investigación. (Puedo aseguraros que cada vez que recuerdo quién es Teresa Bas me pongo nerviosito)
“La primera vez que Teresa Bas (Valencia, 1963) fue a trabajar a un hospital de los Estados Unidos causó sorpresa porque esperaban que fuera un hombre. Es una de las dos mujeres que se dedican a la cirugía de la columna vertebral en España. En su especialidad fue la primera residente mujer en el hospital La Fe de Valencia y después coordinadora de la Unidad de Raquis del Hospital de La Ribera de Alzira. Su expediente está saturado de premios extraordinarios a costa de sacrificar su juventud, y su pasión por el oficio la ha hecho irrumpir con potencia en uno de los últimos recintos machos de la medicina.” EL PAIS.COM
Después de colaborar en la recuperación de algunos de sus pacientes, un día del pasado mes de abril, me llamó por teléfono para invitarme a asistir a la operación de un nuevo caso. Siempre que me enfrento a un tratamiento, sea cual sea, aplico toda mi energía y todos mis conocimientos de fisioterapia y osteopatía. Pero tener la oportunidad de iniciar un proceso de recuperación observando desde la raíz del problema no ocurre todos los días. Es un enorme privilegio ser invitado al quirófano de un profesional especialista de esta talla, para seguir aprendiendo.
Teníamos muchas ganas de que llegara este momento. Y ahora, después de una excelente operación y una rehabilitación ejemplar, el paciente ha conseguido recuperar su movilidad casi por completo, y progresa a una velocidad espectacular con el tratamiento postoperatorio.
Ahora que todo está más que bien, es cuando también estoy siendo más consciente del gran regalo que he recibido al poder seguir aprendiendo con, sin duda alguna, el mejor cirujano de la columna de España. Gracias Doctora.
La Gimnasia Abdominal Hipopresiva (G.A.H) es una manera sencilla y muy efectiva de recuperar la normalidad de la musculatura de tu periné. Tras un parto, los músculos de la vagina y ano (periné) quedan dañados, débiles y con poca calidad funcional, provocando lesiones con sintomatología muy incómoda como incontinencia de esfuerzo o de urgencia. Esta técnica permite recuperar la condición fisiológica y facilita la recuperación de un abdomen en un estado de flacidez y de poca firmeza. Pero es aconsejable para todo tipo de personas, incluso aunque no realicen ningún tipo de actividad física habitualmente.
La Gimnasia Abdominal Hipopresiva disminuye el diámetro del abdomen, normaliza la presión abdominal y torácica mejorando el sistema respiratorio y el sistema digestivo. Otro beneficio de la técnica es la recuperación de la sensibilidad en la zona pélvica debido al aumento del riego sanguíneo, lo que permite mejorar la función sexual y su disfrute. La técnica consiste en unos ejercicios sencillos pero que requieren una buena explicación y supervisión para no producir lesiones. En primer lugar se recomiendan ejercicios básicos que se realizan de forma estática. Una vez dominados estos, se puede pasar a un nivel de ejercicios dinámicos más avanzados donde se utiliza, por ejemplo, la pelota fitness (bobath).
Muchas veces vemos a tenistas y otros deportistas con unos vendajes de colores y formas ergonómicas muy llamativas. También llamado kinesiotaping, el efecto del vendaje neuromuscular varía en función de dónde lo pongamos, con qué forma, con cuánta tensión y en qué dirección. Es un vendaje usado habitualmente en la práctica deportiva que se utiliza para disminuir o aumentar el tono muscular. Es decir, para relajar o activar el músculo, favorecer la reabsorción de hematomas o edemas y para tratar cicatrices.